El otro día bajé por Salto hacia mi casa, cruzando Maldonado. Y no ví. Y no escuché. Y no pasó.
No pasó que un hombre mató a una mujer (otra más).
Pasó viento y rambla. Como todos los días. Cómo en todas las cuadras. Todos los días matan a una. Todos los días sólo suena el viento.
Hoy busco en la web, para encontrar la noticia, "violencia de género salto y maldonado" y "violencia machista salto y maldonado". No encuentro nada. Porque no, claro, qué va a ser violencia de género. Nada tiene que ver con el machismo. Con la adueñación de las mujeres por los hombres (si, ya se, "no todos los hombres", pero hoy no me jodas con la especificidad).
Son sólo cosas que pasan. Y que van a seguir pasando si los medios y los políticos y tu cabeza siguen vendiendo y comprando la película de que es un caso aislado, un loco suelto, una tragedia inexplicada.
1 de cada 3 mujeres.
En Salto y Maldonado.
Y en el resto del mundo también.
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